Plaza de la revolución

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lunes, 20 de noviembre de 2017

Batalla de Guisa, un golpe irreparable para las tropas del tirano Batista

Por Armando Fernández Martí

Santiago de Cuba, 20 nov.— Una de las más importantes batallas de nuestra última gesta de liberación nacional tuvo su comienzo en la mañana del 20 de noviembre de 1958, hace hoy 59 años, cuando tropas conjuntas del Primer Frente José Martí y el Tercer Frente Mario Muñoz Monroy, bajo el mando del Comandante en Jefe Fidel Castro, atacaron el cuartel del poblado serrano de Guisa situado a solo 12 kilómetros de Bayamo, donde radicaba el Puesto de Mando del ejército de la dictadura para las operaciones en la Sierra Maestra.

La guarnición de Guisa contaba en esos momentos con 133 hombres pertenecientes a la compañía M del Servicio Militar de Emergencia, pero entre este punto y Bayamo se concentraban más de 5 MIL soldados con los más modernos armamentos como tanques, cañones, obuses, morteros, bazookas, ametralladoras de distintos calibres, además de contar con el apoyo de helicópteros y aviones de combate en determinados momentos.

Las fuerzas rebeldes atacantes, por su parte, sólo disponían de 180 combatientes del Primer y Tercer Frentes y su principal objetivo era que los soldados cercados en el Cuartel de Guisa pudieran recibir refuerzos desde Bayamo, de ahí que Fidel expresara, que realmente la batalla no fue contra la compañía que estaba allí, sino contra los refuerzos que enviaría el régimen.

Puede decirse con certeza que la Batalla de Guisa, que se extendería por 10 días, fue el principio del fin de la dictadura, pues ya días antes el Comandante en Jefe Fidel Castro había ordenado a todos los mandos del Ejército Rebelde, desde Las Villas hasta Oriente, comenzar la Ofensiva General contra la dictadura atacando tropas del régimen en cualquier sitio donde se encontrasen así como reducir guarniciones y cuarteles a lo largo y ancho del señalado territorio.

Con esa ofensiva comenzarían a crearse las condiciones necesarias para la Operación Santiago que llevaría a las tropas rebeldes hacia la capital de la provincia, que en esos momentos constituía el bastión más importante de la dictadura de Fulgencio Batista en el interior del país.

La Batalla de Guisa dirigida magistralmente por el Comandante en Jefe Fidel Castro y la victoria alcanzada 10 días después puso en ridículo al poderoso ejército de la dictadura que en ningún momento, logró acercarse al poblado con ningún refuerzo, a pesar de que esta posición le era imprescindible para mantenerse operando en la Sierra Maestra, que a partir de entonces dejó de ser el escenario principal de la guerra.

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