Plaza de la revolución

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lunes, 24 de diciembre de 2012

Reparación compleja a cúpula de catedral de Santiago de Cuba

Autor :AIN 

La cúpula de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral, de esta ciudad, recibe la reparación de mayor envergadura desde su emplazamiento en 1810, debido al deterioro de sus elementos.

El ingeniero civil Isaac Puente Simón explicó que tanto esta estructura como el cupulino presentaban daños de magnitud, con peligro de derrumbe, por filtraciones y el ataque de plagas.

Repondrán las piezas afectadas, tratando de mantener el diseño original, ya que la bóveda es de madera revestida con ferrocemento y láminas de plomo.

Para ello, dijo, emplearán madera de cedro con especificidades, como el corte en luna cuarto menguante, proceso de secado natural y fumigación contra plagas e insectos.

La cúpula, precisó, cuenta con el anillo inferior, 40 nervaduras (estructuras curvas de madera que dan la forma), tres tambores o aros que unen esos elementos con el cupulino, y finalmente la cruz, para totalizar una altura de 27,70 metros.

Esos complejos trabajos están a cargo de la Empresa de Restauración y Conservación de Monumentos de la Oficina del Conservador de la Ciudad, acotó el especialista.

Para asombro de muchos, la cúpula resistió el azote del huracán Sandy, el 25 de octubre último, gracias a que estaba hecho el reforzamiento y apuntalamiento interior, con una estructura metálica atornillada y piezas de madera.

Además, fue necesario arriostrar (trancar para impedir movilidad) los diferentes elementos curvos y horizontales, de ahí que soportaban las cargas verticales de su propio peso y las horizontales, en este caso los fuertes vientos del ciclón.

Según documentos consultados, esa iglesia tiene una historia muy agitada desde que comenzó a erigirse en el sitio actual en 1526 con el rango de Catedral, ya que cuatro años antes Santiago de Cuba obtuvo el título de Ciudad.

Esa edificación fue blanco de incendios, sismos, huracanes y ataques de corsarios y piratas, pero siempre se recuperó de los destructivos efectos.

De su última construcción, en 1810, data la cúpula que exhibe en estos momentos.

Como elemento curioso, tiene un punto de referencia para orientarse y puede distinguirse desde cualquier sitio de la ciudad.

Fue el arquitecto Carlos Segrera quien a principios del siglo XX realizó algunas modificaciones del edificio neoclásico a ecléctico, y dotó a la iglesia de la imagen actual.

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