En nuestra isla está de boca en boca que si el hombre sirve, la tierra también. Y eso, precisamente, ha hecho valer en su pequeño patio Santa Biset Bueno. Residente en la zona rural de Dos Palmas, Santa se la ha ingeniado para que su parcelita de tierra sea altamente productiva en hortalizas y vegetales, sin contar, por supuesto, las matas de plátanos que se levantan como custodios de su propiedad.
Cuando ya se acerca a las seis décadas de vida, Santa se haya tan dispuesta como en sus años de juventud. Conoce todo lo que hace falta para hacer producir la tierra, conocimiento que agradece siempre a sus abuelos y padres.
Me comentaba que no hay ningún secreto. Simple y sencillamente, lo que hay que hacer es trabajar y con amor cualquier tarea que uno se proponga, agregaba Santa.
Volvió a la carga para significar con un todo más alto que “sí se puede”, como bien señalara el Presidente cubano Raúl Castro Ruz. Con solo una rápida ojeada a su patio, uno se convence que esta mujer santiaguera respalda sus palabras con hechos.
Conocí, a través de sus vecinos, que Santa produce para ella y para todo el que necesite de sus hortalizas para alegrar la mesa. Pero, también, con ella la gente se puede aliviar algún malestar por contar, asimismo, con plantas medicinales.
Si en cada lugar de la geografía santiaguera, se imitara el ejemplo de Santa Biset. No hay que ser muy ducho en la materia para inferir que habría, sin lugar a dudas, mucho más alimento para el pueblo.
Esa perspectiva figura en la agenda de trabajo de la Agricultura Urbana y Suburbana. Generalizar los buenos ejemplos, es la idea del Grupo Nacional. Por eso en cada visita que realiza dedica especial atención a este tema.
Santiago de Cuba es una de las provincias que más ha avanzado en la extensión de los patios familiares. No solo en pequeñas parcelas, sino también en azoteas. Lo importante es que la gente interiorice esta necesidad para el bien de todos.
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