Plaza de la revolución

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viernes, 18 de noviembre de 2011

Máximo Gómez y Serafín Sánchez: Dos héroes de la independencia

Autor :Armando Fernández Martí / Fotografías de: Granma Digital

Dos destacados próceres de nuestras gestas independentistas Máximo Gómez Báez y Serafín Sánchez Valdivia son recordados hoy 18 de noviembre al cumplirse este día el aniversario 175 de natalicio del primero y el 115 de la caída en combate del segundo.

Máximo Gómez nació un día como hoy, pero de 1836, en Baní, República Dominicana y de joven integró el Ejército Nacional de ese país, destacándose como virtuoso guerrero en los combates contra los invasores haitianos y tuvo que pelear contra sus propios compatriotas lo que lo hizo tomar el camino del exilio viajando a Cuba en 1865.

Asentado como negociante de madera en la región de Manzanillo Gómez conoció de los horrores de la esclavitud y el maltrato a los negros en los ingenios azucareros de esa región, por lo que decidió trasladarse a la comunidad El Dátil, próxima a Bayamo, dedicándose a las labores agrícolas y a la talabartería. Allí lo sorprendió el levantamiento armado del 10 de octubre de 1868 en La Demajagua, incorporándose a los pocos días a le guerra a instancia de los hermanos Marcano, sus coterráneos.

A partir de ese momento, Máximo Gómez Báez sería una figura clave en el desempeño de la guerra independentista cubana, tanto en 1868 como en 1895, llegando a ser en esta última a propuesta de José Martí el General en Jefe del Ejército Libertador, conduciendo a los mambises cubanos a una virtual victoria contra los colonialistas españoles, de no haber sido por a intervención norteamericana de 1898.

Así llegó el Generalísimo Máximo Gómez a la historia de Cuba a cuya libertad dedicó este honorable dominicano 30 años de su existencia, combatiendo en más de mil batallas y llevando la Revolución de Oriente a Occidente junto al Titán de Bronce Antonio Maceo.

Gómez murió en La Habana el 17 de junio de1905 a los 69 años de edad y su figura es venerada por todos los cubanos que lo recuerdan hoy en el aniversario 175 de su natalicio.

Serafín Sánchez Valdivia fue otro paradigma de nuestras luchas independentistas participando en las tres guerras libradas para conquistarla. Nacido el 2 de julio de 1846 en Sancti Spíritus, fue de los primeros en incorporarse a la Revolución en Las Villas en febrero de 1869 y no dejó de luchar ya más, hasta su muerte el 18 de noviembre de 1896, a los 50 años de edad.

Tras su incorporación a la guerra, Serafín combatió bajo las órdenes del General Ángel Castillo en las cercanías de Ciego de Ávila, después acompañó al Mayor General Ignacio Agramonte en la campaña de Camagüey hasta la muerte de El Mayor en Jimaguayú y posteriormente, bajo el mando de Máximo Gómez forjó su temperamento de luchador incansable.

El Pacto del Zanjón se le clavó como una espina en el corazón y por eso fue uno de los que apoyó a los mambises orientales durante la llamada Guerra Chiquita. Al fracasar esta marchó a Estados Unidos y allí se presentó a José Martí para que contara con él en la guerra necesaria que organizaba.

Serafín Sánchez Valdivia regresó a Cuba en 1895 en una de las más importantes expediciones que desembarcó por Tayabacoa, cerca de su ciudad natal Sancti Spíritus. El 18 de noviembre de 1896 en un enfrentamiento con tropas españolas en el Paso de Las Damas cayó mortalmente herido, cuentan que entonces dijo: “Me han matado, eso no es nada, sigan la marcha”. Así lo recuerda con honor y gloria lo recuerda hoy su pueblo en el aniversario 115 de su caída en combate.

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