Plaza de la revolución

Plaza de la revolución
Plaza de la revolución

domingo, 27 de noviembre de 2011

La foto más conocida de Antonio Maceo Grajales

Por Bárbara Oraima Argüelles Almenares

Todos sabemos que Antonio Maceo Grajales visitó La Habana en 1890, motivado por fines conspirativos asociados a la preparación de la guerra que estalló en 1895, sin embargo, poco conocemos de las actividades realizadas por el patricio al margen de su misión militar.

Maceo, acompañado por los muchachos de La acera de El Louvre, participó de las propuestas del mundo sociocultural capitalino, fundamentalmente en las tertulias celebradas en los diferentes centros científicos, artísticos y literarios de la Capital. Las impresiones que causó durante aquellas visitas, han quedado reflejadas en cientos de escritos, pero fue una fotografía, la que propició preservar el recuerdo del viaje que realizó el patriota a La Habana. La recepción que ha mantenido en el tiempo la ha convertido en la foto más conocida de Antonio Maceo.

La fotografía es un retrato, se la tomó en el estudio Néstor Maceo y Hno., uno de los mejores y más concurridos de La Habana, situado en el número 75 de la calle O´Reilly, una de las principales arterias dedicadas al comercio de las instantáneas en aquella época. De esta fotografía nos apunta el especialista René Silveira Toledo: "Es una imagen que revela el estilo pictorialista desarrollado por los fotógrafos de galería del siglo XIX, una copia de los conceptos académicos pre-establecidos por la pintura, en cuanto a la composición y postura del sujeto, aplicados al nuevo medio, que entonces era la fotografía, el cual desde el punto de vista estético y formal aún no había encontrado su lenguaje ni discurso propios"

El fotógrafo consiguió un buen retrato que revela características muy propias de la personalidad del Titán, sobresalen en esta imagen, su actitud segura, recia y hasta presuntuosa, su mirada firme con un rictus en sus labios que deja percibir cierta melancolía, además capta su vestuario impecable, el arreglo del bigote, de la barba y del peinado, que denotan a Maceo como un hombre preocupado por su apariencia, un hombre pulcro y elegante, digno modelo para ser retratado.

La incuestionable calidad de la imagen determinó, sin dudas, su entronización como ícono fotográfico del Titán de Bronce, a esto contribuyeron las cantidades de copias realizadas del original, las aplicaciones que se ejecutaron y socializaron de estas. Particularmente llama la atención el caso de Ramón Carreras, uno de los mejores fotoreporteros que se conocen en materia de guerra de independencia, su actividad desarrollada al fragor de la última contienda, aborda asuntos relativos al mambí común, a los héroes, a los hechos y a la vida cotidiana del Ejército Libertador, in situ. Al parecer, Carreras no logró ninguna fotografía de Maceo y de tenerla prefirió la imagen de Antonio realizada en O´Reilly 75, para componer a partir de un montaje, la tarjeta que se utilizó en la promoción de las actividades de la Sesión Solemne celebrada en el Ayuntamiento de La Habana, en la noche del 7 de diciembre de 1914, con motivo del aniversario 18 de la caída en combate del Titán de Bronce.

Poco a poco, la foto lograba cotidianizar la imagen del Héroe Epónimo de Baraguá en nuestro contexto sociocultural. Luego aparecieron las versiones llevadas al dibujo por Esteban Valderrama (1892 – 1964) y Juan Emilio Hernández Giro (1882 – 1953), las cuales propiciaron su uso en la ilustración,

dada la factibilidad de esta técnica para la gráfica, desde entonces los dibujos de la foto se han reproducido en libros, revistas, periódicos, laminarios escolares, carteles y artículos de numismática como fue el de Valderrama, en el billete de veinte pesos de la serie del Banco Nacional de Cuba, editada en 1960.

También ha circulado esta imagen como souvenir, en postales ordinarias y conmemorativas, las que favorecieron otro de los usos habituales entre la población de Cuba y la de los países en que estuvo el patriota: el de comprar, conservar u obsequiar alguna estampa de Antonio entre familiares, amigos y admiradores del Titán.

Otra importante manifestación de la trascendencia y popularidad de la foto del Néstor Maceo está, en el reconocimiento artístico que le han otorgado varias generaciones de pintores, al tomarla – a veces manipulada – como modelo de sus obras, tales son los casos de Federico Martínez Matos (1828 – 1912 ?), Aurelio Melero (1870 - 1929), Juan Emilio Hernández Giro (1882 - 1953), Servando Cabrera Moreno (1923 - 1982), entre un sin número de imágenes anónimas – pintura y dibujo -  provenientes del arte popular. Recientemente han declarado su uso los artistas Ulises Matos García (1966) y José Naranjo Pérez (1944), en sus lienzos Homo – Históricu y Eternos, respectivamente, ambos realizados en 2006.

La lista de aplicaciones es más amplia, pero esta breve relación es suficiente para comprender que el Néstor Maceo, a pesar del anonimato en que ha permanecido, nos legó el referente visual más conocido de Antonio Maceo, el cual ha contribuido a mantener viva la imagen física del rostro del patriota hasta la actualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario